Colección: El barquero 185
Traducción de Rafael Accorinti
Páginas: 78
Formato: 13 x 21 cm
Encuadernación: Rústica
ISBN: 978-84-7651-984-4
Año aparición: 2.024
Precio sin IVA: 11,54€
Precio con IVA: 12,00€
Fue Fabre quien nos sacó de las oscuras galerías de los museos, (…) y nos llevó a la soleada campiña para mostrarnos sus queridos insectos y plantearnos el porqué [de sus comportamientos].
Gerald Durrell
En agosto de 1865, olvidado de las preocupaciones y desasosiegos de la madrugada reciente, el naturalista y entomólogo francés Jean-Henri Fabre acometió, una vez más, Una ascensión al Mont Ventoux. En esa ocasión en particular, además de la espectacular vida silvestre que decoraba los senderos, esos mismos que tanto quería recorrer con sus amigos botánicos, se encontró con una tormenta que cegaba los caminos y nublaba su orientación y la del resto de peregrinos.
En estos relatos que ponen de manifiesto la cara más amable y más cruel de la naturaleza, Fabre nos recuerda que no se trata de llegar al destino –pues acaban coronando la cima–, sino de recorrer el camino y disfrutar de aquello que encontremos.
Caminar por el Mont Ventoux para Fabre era toda una epifanía: allí recordaba lo sencillo que es cautivarse con la forma caprichosa de los árboles, conmoverse con el cantar de los pájaros y el murmullo de las piedras rozando las botas. Por eso merece la pena que, con una mirada paciente y expectante, aguardemos hasta ver la naturaleza desplegarse en la labor colectiva de los insectos, en la migración de las aves a tierras más cálidas o en el perfume del vetusto sotobosque. Es allí donde Fabre quiso refugiarse de las innovaciones del siglo xx, convirtiéndose en uno de los padres de la entomología moderna y uno de los naturalistas más influyentes de su época.