Totó, Tití, Loló, Lilí, Frufrú, Pompoff y la señora Romboedro y otros cuentos para niños

Manuel Abril (1884-1946) fue un escritor de muy diversos intereses: poeta, novelista, crítico literario y de arte. También escribió para los niños obras de teatro, como La princesa que se chupaba el dedo, y numerosos cuentos, con espíritu festivo y humorismo vanguardista.

Colaborador de Los lunes de El Imparcial y de la revista Pinocho, su obra fue recogida en tres tomos de Cuentos para niños en 1930, que hoy volvemos a publicar, en nuestro rescate de un valioso escritor olvidado.

La gracia, la invención disparatada, eran elementos distintivos de las narraciones de Manuel Abril. El absurdo como medio de ruptura reinaba en estos cuentos singulares de la nueva narrativa, que establecía una línea divisoria con todo lo anterior. Todo esto lo verá el lector en los divertidos cuentos de la colección Diablos y diabluras y Aventuras asombrosas. Desde Los tres hijos del diablo, Frufrú, Pompoff y la señora Romboedro, hasta El secreto de Garlopilla y El arte de Birlibirloque la inventiva de Manuel Abril no cesa de asombrarnos y divertirnos. Él mismo dice: «Me contentaría con que mi obra fuera un juego, nada más, no en el sentido trascendente del arte-juego, sino simplemente en el de brincar, correr, pensar y reír con ligereza.»