Memorias de un gremio de mujeres trabajadoras

Virginia Woolf (1882-1941) es una de las escritoras más estimadas y mejor valoradas del siglo pasado por su literatura y su postura feminista. Con tan solo veintidós años, la escrito- ra de Bloomsbury comenzó a publicar sus primeros ensayos en el periódico The Guardian, honrando la memoria de mujeres inglesas de la historia de Inglaterra. Sin embargo, en este emotivo discurso —transcrito y traducido tal cual se recoge en The Yale Review—, no se pres- tigia el valor de las mujeres de ciencias o letras, sino el arrojo y el valor de aquellas de clase trabajadora: madres, hijas o esposas que, tras un duro día en la fábrica, volvían a casa para ocuparse de los quehaceres domésticos. Acompañada de fotografías de la época, Memorias de un gremio de mujeres trabajadoras es un anecdotario de reivindicaciones sociales en plena ebullición de los sindicatos de mujeres de principios del siglo pasado.

«¿Es que puede haber algo más razonable?», reivindicaba Woolf, ante las pancartas de mu- jeres trabajadoras que demandaban al Parlamento inglés dinero y agua caliente en sus casas, para hacer sus quehaceres domésticos. Emocionada ante el levantamiento de los sindicatos de mujeres, Virginia Woolf rinde homenaje en estas páginas a las mujeres anónimas que traba- jaban sin descanso y que cada semana se reunían para alejarse de ollas que bullían y de niños que hacían de las suyas, para pensar, compartir y exigir los derechos fundamentales con los que avanzar como sociedad.