Más cuento que Calleja…

Parece que por más que leyéramos y releyéramos los deliciosos cuentos de Calleja nunca podríamos llegar a cansarnos. Nos adentraríamos cada vez más en un mundo particular y extraordinario que ya conocemos perfectamente, no sólo gracias a los textos, sino también a las ilustraciones.

En todos los cuentos encontramos un mismo carácter que bien podemos resumir en la expresión «instruir deleitando», pues tal es la intención del pedagogo. Es cierto que detrás de cada historia hay una lección que intenta conducir al lector a la felicidad, como a sus protagonistas; o una advertencia que le recuerda que la maldad es castigada. Pero también queremos disfrutar asistiendo a un desfile de personajes mágicos y personajes extravagantes (como Paco I el Napias o el hombre de las dos caras). Al rato irán llegando gigantes, reyes ricos y poderosos, genios, brujos y duendes. Y también seres humanos y animales que representan las virtudes y los defectos, pues los cuentos de Calleja, con su imaginación y fantasía ilimitadas, querían enseñar a los niños que el engaño y los males son siempre castigados, mientras que las buenas acciones pueden proporcionarles la felicidad.