Kukúsim

Edward S. Curtis, (1868-1952) dedicó ; largos años de su vida a estudiar a todas las | tribus indias que sobrevivían en su época. Gracias a su actitud de respeto y afecto, Curtis logró la amistad de los indios y pudo recopilar una enorme masa de informaciones de todo tipo sobre todos los aspectos de la vida de los pieles rojas. Además de su tan | importante trabajo etnológico, Curtis nos ha dejado el legado de un impresionante fondo fotográfico que recoge imágenes de todas las tribus con las que convivió. Estas imágenes —realizadas con el afán de captar el espíritu indio en lo que tiene de más esencial— constituyen un conjunto gráfico de un valor inapreciable que une a su valor documental un alto valor estético. El resultado de su vasta investigación se plasmó en la impresionante serie de 24 volúmenes de El indio norteamericano, obra que marca un hito en el campo de los estudios sobre los indios y en la historia , de la fotografía.

El libro que presentamos encierra, bajo su apariencia de relato ligero y entretenido, todo un cúmulo de conocimientos sobre los indios que sólo un hombre con la experiencia de Curtis podía atesorar. Siguiendo el hilo conductor de las vivencias de un muchacho indio, se nos presenta un vivo panorama de la vida cotidiana de una tribu, en el que se entremezclan las acciones prácticas con los relatos míticos y la dimensión espiritual. A través de los relatos de unos indios errantes, tenemos conocimiento de costumbres, mitos y estilos de vida de tribus remotas y extrañas, y compartimos la maravilla que siente el joven indio al escuchar tan fascinantes historias. El interés de los relatos aumenta, si cabe, con las bellas ilustraciones —fotografías y dibujos—, que aportan un tono de estilizado realismo al conjunto.