Juegos de los niños

Desde que nace, el niño empieza a jugar. Juega al son de las nanas o cantilenas del juego de dormirse. Juega a balancearse con «aserrín, aserrán». Juega con los dedos de la mano, y cuando comienza a andar. Muchas de las acciones de la vida diaria del niño se convierten en juego, acompañadas de retahílas rimadas: graciosa poesía folklórica infantil.
Los juegos de los niños en el campo, en la calle, al aire libre, en la casa, y en las escuelas y colegios, son una rica manifestación de la creatividad de la infancia y la juventud. Estos juegos empiezan a perderse, y este es el motivo por el que en la edad de oro de los estudios folklóricos, algunos maestros y folkloristas recogiesen la riqueza de juegos infantiles.
P. Santos Hernández, en un extraordinario esfuerzo de recopilación, presenta este tomo de Juegos de los niños en las escuelas y los colegios. Aquí encontramos el juego de Las cuatro esquinas, El ratón y el gato, La pata coja, La gallina ciega, La Rayuela, Pídola, Pares y Nones, Los cinco en raya, El corro de la patata y tantos otros de nuestra infancia.
Que sigan jugando los niños, que no se olviden de sus activos juegos infantiles es lo que se pretende con la reedición de este libro, único en su clase.
«El niño debe tener todas las posibilidades de entregarse al juego», se dice en la «Nueva Declaración de los Derechos del Niño» (1960) y J. Huizinga en su Homo ludens, al referirse al juego, dice: «Esta actividad u ocupación encuentra su finalidad en sí misma, y se apoya en un sentimiento de tensión y alegría y en la participación en una vida diferente de la vida habitual».
Los Juegos de los niños en las escuelas y los colegios van precedidos por un Estudio Preliminar de la prestigiosa escritora Carmen Bravo-Villasante, autora de la Historia de la Literatura Infantil Española y de numerosos libros de folklore infantil.