Oscar Wilde
El ruiseñor y la rosa y otros cuentos de hadas
Colección: Erase una vez... Biblioteca de Cuentos Maravillosos 17
Prólogo de Carmen Bravo-Villasante
Traducción de Carmen Bravo-Villasante
Páginas: 103
Formato: 15 x 21 cm
Encuadernación: Rústica
ISBN: 978-84-7651-641-6
Año aparición: 1.986
Precio sin IVA: 10,58€
Precio con IVA: 11,00€
Oscar Wilde, abanderado del Aesthetic Movement y gran artífice de la prosa inglesa, escribió una serie de cuentos infantiles famosos por su belleza literaria y su calidad moral. En efecto, estos cuentos son, por una parte, pequeñas joyas literarias, «estudios de prosa» en palabras de su autor, y, por otra, contienen un alto ideal moral centrado en la idea de que la vida no vale nada sin la caridad. Para el propio Wilde, estos cuentos fantásticos están dirigidos a «todos aquellos que han conservado sus facultades infantiles de sorprenderse y de gozar, y que además encuentran sencillas las más sutiles maravillas». Wilde quería agradar tanto a los niños como a los adultos que conservan fresca su capacidad de maravillarse, y reivindicaba, además, para el artista, un derecho ilimitado sobre su arte. El objetivo del escritor de «realizar en determinada materia su idea inmaterial de la belleza, y también transformar una idea en un ideal» está plenamente logrado en esta serie de maravillosos cuentos, llenos de delicadeza y nobles sentimientos. La selección que ofrecemos al lector contiene los siguientes relatos: «El ruiseñor y la rosa», «El gigante egoísta», «El príncipe feliz» y «El niño estrella», pertenecientes los tres primeros al volumen titulado El príncipe feliz y otros cuentos (1888), y el último a La Casa de las granadas (1891). Con ellos tenemos reunida una importante muestra de la prosa poética y del arte narrativo de Wilde, de ese tipo de narración fantástica que canta «cosas imposibles y bellas, cosas que no son y que deberían ser» y que vuelve a surgir con fuerza en la creación literaria de nuestros días.
La presente edición, que enriquece esta Biblioteca de cuentos maravillosos, contiene como atractivo adicional una bella ornamentación de William Morris, afín en tantos aspectos a la estética de Wilde.