El perro, el coyote y otros cuentos mexicanos

Los pueblos indígenas mexicanos poseen una enorme riqueza cuentística y legendaria, no sólo desde el punto de vista cuantitativo, sino también en cuanto a su belleza y originalidad. Este tesoro literario ha sido preservado, afortunadamente, por el trabajo de numerosos folkloristas e investigadores, que han ido a buscar estos relatos en sus a veces remotos lugares de origen y los han traducido para la posteridad. Si bien en el folklore mexicano encontramos muchos cuentos de origen posterior a la conquista española, lo más interesante para nosotros son los cuentos de los pueblos indígenas, que tenían una cultura propia, con características totalmente diferentes de las de la civilización que iba a sobreponerse a ella. Los cuentos mexicanos con mucha frecuencia tienen por protagonistas a los animales autóctonos, que les dan un acusado sabor exótico: el coyote, el cacomizcle, el tlacuache, el zopilote, el quetzal, el jicote; y también la vegetación es americana: el mamey, el magüey, la guayaba, el nopal, la tuna, etc. Contribuye, asimismo, al exotismo de los relatos la presencia de abundantes palabras indígenas, americanismos que enriquecen su lenguaje y que se explican en pequeños glosarios al final de cada cuento. Algunos de estos cuentos dan fe de la existencia de un evidente mestizaje cultural, un sincretismo de rasgos netamente indígenas asociados a otros francamente europeos que da lugar, por ejemplo, a cuentos con un argumento claramente identificable con el de algún cuento europeo, pero situados en un ambiente indígena. Es también muy interesante la literatura indígena moderna, que recoge tradiciones antiguas utilizando medios de expresión literarios modernos.
Carmen Bravo-Villasante ha realizado con experto criterio esta espléndida selección de cuentos mexicanos que sin duda subyugarán al lector por su belleza y su colorido originalísimos.