El cazador de caballos

He aquí la bella historia de un joven indio con el que muchos lectores se identificarán. El muchacho cheyén protagonista de este relato debe llegar a ser, algún día, un bravo guerrero como todos sus parientes. Esto es lo que espera de él la tribu. Pero a él le repugna matar, incluso a un enemigo. Su vocación profunda, lo que él ama por encima de todo, es cazar y domesticar a los caballos salvajes que corren libremente en manadas por las praderas. Desafiando a las críticas y al desprecio de la tribu, nuestro joven protagonista demostrará que el cumplimiento de su vocación implica, al menos, tanto valor y tanto sacrificio como la vía del guerrero, y alcanzará, al fin, el reconocimiento y la admiración de todos los componentes de su pueblo.

Este relato recrea magistralmente la atmósfera de una tribu cheyén en los días de libertad, así como el marco físico en el que se desenvuelve la historia: las grandes llanuras, los desfiladeros, los inmensos espacios semidesérticos habitados tan sólo por un puñado de indios y de caballos salvajes, todo ello descrito con exactitud, amor, humor y un ligero toque de sobria poesía.