Cartas en torno a un jardín

Rainer Maria Rilke (1875-1926), una de las figuras literarias centrales del siglo XX, tuvo una vida nómada y se relacionó íntimamente con las élites intelectuales y sociales de su tiempo. Uno de sus lugares de residencia durante sus últimos años fue Muzot, en el cantón suizo de Valais, donde poseía una casa, que alternó con repetidas estancias en el sanatorio de Val-Mont a medida que su salud iba deteriorándose. Rilke sostuvo durante toda su vida una abundante correspondencia con las más notables personalidades de su tiempo y con diversas personas que compartían sus intereses y su sensibilidad. Una de éstas fue Antoinette de Bonstetten, con quien se escribió, en francés, entre 1924 y 1926, hasta poco antes de su muerte, con una larga interrupción que corresponde a una estancia que Rilke hizo en París. Antoinette de Bonstetten era una joven maestra ginebrina interesada por la jardinería y la horticultura a quien Rilke pide consejo para organizar su jardín de Muzot. En sus cartas, el solitario Rilke da consejos de lectura a la joven, habla de su obra, evoca sus recuerdos de París, y le confía sus alegrías y sus angustias, todo ello a través de finos análisis de sus estados anímicos y con un lenguaje de refinada poesía.