Ananda K. Coomaraswamy, Frithjof Schuon, Jean Hani, Marco Pallis, Martin Lings, René Guénon, y Titus Burckhardt
¿El hábito hade al monje?
Reflexiones sobre el arte de la indumentaria
Colección: Los pequeños libros de la sabiduría 238
Traducción de Jordi Quingles, Esteve Serra, y Francesc Gutiérrez
Páginas: 316
Formato: 11 x 14 cm
Encuadernación: Rústica
ISBN: 978-84-128720-8-8
Año aparición: 2.024
Precio sin IVA: 12,50€
Precio con IVA: 13,00€
Vestirse es un acto esencialmente humano. Un hecho tan determinante no puede carecer de un significado profundo, más allá de la necesidad y los caprichos de la moda. Los textos de este libro ofrecen respuestas inteligentes e inusitadas concernientes a un arte tan imprescindible como el de la indumentaria.
A pesar del nefasto peso que la moda ejerce sobre la población y el medio ambiente, nuestra sociedad se niega a pensar sobre el significado y las consecuencias que, logicamente tiene, llevar tal o cual atuendo. Se viste siguiendo ciegamente los dictados de la alta costura o de cualquier personaje influyente en los medios de comunicación de masas —por absurdos que sean— o, uno cubre su cuerpo —cuyo sentido profundo es ser la irradiación de nuestro interior— con cualquier prenda sin el menor sentido crítico… Pero los vestidos que nos visten, los atavíos que nos adornan no son inofensivos. De hecho, ninguna civilización preindustrial lo vió así y sus conceptos en relación con las ropas que lucían eran mucho más refinados que los nuestros. Sólo desde hace muy poco en la historia de la humanidad se ha llegado a tal inconsciencia.
Este libro pretende estimular la reflexión sobre el arte de la indumentaria, desde la perspectiva perennialista y tradicional. Los textos compilados ofrecen una dimensión profunda, simbólica y original de un hecho que, por cotidiano nos resulta anodino, cuando en absoluto lo es.
Los escritores seleccionados, grandes teóricos del perennialismo, ponen en juego ideas y ejemplos, nada habituales, que confieren al acto de vestirse una inesperada riqueza. Asimismo, revelan como algunas tareas vinculadas con la elaboración de telas y ropas, como tejer o bordar, fueron antaño soporte de las más sutiles ideas, pues en las sociedades tradicionales ningún oficio era desdeñado y concebido unilateralmente como utilitario.