Angelus Silesius
Peregrino Querubínico
Epigramas y máximas espirituales para llevar a la contemplación de Dios
Colección: Sophia Perennis 25
Traducción de Francesc Gutiérrez
Páginas: 219
Formato: 15 x 21 cm
Encuadernación: Rústica
ISBN: 978-84-85354-37-6
Año aparición: 1.985
Agotado
Angelo Silesio, pseudónimo de Johannes Scheffler, nació en Breslau en 1624 y murió en la misma ciudad en 1677. Desde niño mostró grandes aptitudes intelectuales y un carácter grave y contemplativo, que le valió el sobrenombre de «Angelus». Su trayectoria espiritual se ve influida por diversas amistades de gran calidad espiritual y humana, y por la lectura de autores como. Jakob Böhme, que desarrollarán en él una profunda concepción contemplativa e interiorizante de la religión, en contraste con la sequedad y exterioridad del luteranismo de su ambiente. Scheffler terminará por convertirse al catolicismo, entrando a formar parte, así, de la corriente mística y contemplativa a que dio lugar la Contrarreforma en varios países de Europa. Sin embargo, su obra va mucho más allá de la adhesión a determinadas formas externas de la religión. Silesio ha sido llamado «el último de los místicos alemanes» y, en efecto, su obra es un eslabón de la gran tradición de la gnosis cristiana —con tan ilustres representantes en Alemania— que, arrancando en Dionisio Areopagita, y pasando por Eckhart. llega hasta Böhme y sus discípulos. La doctrina de Angelo Silesio —expuesta en fulgurantes y a veces paradójicos epigramas— se inscribe plenamente en esa teología mística que describe a Dios tanto en términos positivos como negativos (vía negativa) y postula como posibilidad suprema del hombre la Unidad con Dios, la «deificado», en virtud de esa chispa «increada e increable» que, procedente de Dios, constituye la esencia del hombre.
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