Colección: Erase una vez... Biblioteca de Cuentos Maravillosos 81
Traducción de Maru Villavicencio
Ilustraciones de Ch. Livingston Bull y El Comancho
Páginas: 137
Formato: 14,8 x 21 cm
Encuadernación: Rústica
ISBN: 978-84-7651-165-7
Año aparición: 1.003
Precio sin IVA: 12,50€
Precio con IVA: 13,00€
Las historias que un viejo jefe indio cuenta a un grupo de niños blancos configuran una deliciosa colección de relatos cuyos protagonistas absolutos son la naturaleza y las maravillosas criaturas que la habitan.
El anciano jefe indio Pequeño Búho, que vivía en su tipi junto a la laguna del Castor, era la fuente inagotable de sabiduría práctica y de relatos fascinantes que encandilaban a sus pequeños amigos, los niños blancos del pueblo cercano que acudían siempre que podían a escuchar sus historias. El viejo indio lo sabía todo acerca de los animales y de la naturaleza; el mundo natural no tenía secretos para él, y él compartía generosa y bondadosamente con sus pequeños amigos todo su inmenso caudal de conocimientos y al mismo tiempo los educaba en el amor y el respeto hacia la madre naturaleza. Esta deliciosa colección de relatos aúna el entretenimiento con la instrucción de una forma que resulta gratificante tanto para el lector juvenil como para el adulto. En ellos se nos descubren los secretos de la vida del castor, el conejo, el cuervo, la comadreja, el oso, el lobo y otros animales sobre los que el viejo indio habla como si se tratara de personas con las que ha compartido largas horas de relación en el corazón de los bosques. Todo, en la naturaleza, tiene un alma para el indio, todo es digno de respeto y todo se rige por una inteligencia y unas pautas que sólo la observación atenta y respetuosa nos puede enseñar. Pequeño Búho y el viejo amigo indio que a veces le visita cuentan también a los niños muchas cosas que ellos han vivido en los tiempos en que los indios aún gozaban de su antigua libertad. Una vida que los pequeños blancos aprenden a amar cuando la conocen.
El autor de estos relatos, oculto bajo el pseudónimo de El Comancho, vivió en su juventud largo tiempo con los indios y fue adoptado por los pies negros y los sioux. Su experiencia directa del mundo piel roja se manifiesta en la gracia y el frescor de autenticidad que destilan sus cuentos.